Suspiro susurro gemido jadeo, caricia en la cabeza bajando por tu fresno que chorrea y me agarro de tu boca, el mar revienta en la proa, escalo me trepo por tus dientes, a dios le rezo que el placer te llene de gozo en estas formas, charco gotita río que corre y nos lleva, se mece la mecedora en su entusiasmo a la tardecita, alegría que se transforma en el delta estamos perdidas, en la mata de la selva somos monos que se mueven de una liana a la otra y gritamos uh uh ah ah, somos canción, alma, somos más, cositas chiquitas grandes amorfas rectas, somos menos, guías luz sombra brillo contraste, somos un sólo ser de cuatro patas piernas ojos brazos dos cabezas que está en éxtasis absorto, piernas como lianas enredadas a su antojo, sábana mojada en una lavandería, aserrín que vuela al pasar por la escofina, semillas de calabaza que crece con fuerza, vida y abundancia tocando la puerta. Somos eso y más que desconocemos. Somos libertad y al saberlo a la represión desobedecemos. Somos porque no podemos dejar de serlo y eso a veces nos agota, a veces nos enerva y a veces nos emociona tanto, pero tanto, que en un solo orgasmo soltamos las amarras de todos los puertos que nos condicionan.
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